Por Jero Pérez
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26 de marzo de 2024
Es un tema del que quizás no hablemos todos los días, pero es vital, por los daños que provoca, y por su repercusión económica en las comunidades de propietarios : el impacto que tienen nuestras acciones cotidianas en las redes de saneamiento. Entre los múltiples infractores, las toallitas húmedas de higiene íntima lideran la lista de causantes de atascos y problemas mayores tanto en las infraestructuras de edificios, como en el alcantarillado público, y por supuesto, en el medio ambiente. Sí, lanzar una toallita por el inodoro puede parecer insignificante, pero las consecuencias son enormes y costosas. Ante este panorama, nos hemos preguntado: ¿Qué se puede hacer al respecto? Si bien esperar que las autoridades prohíban los productos no degradables parece una solución a largo plazo, decidimos tomar cartas en el asunto de una manera más proactiva y constructiva. Durante los últimos 10 años, nuestro estudio ha buscado innovar en el diseño de las redes de saneamiento. Inspirados por la eficacia de las redes colgadas de saneamiento, que históricamente han demostrado no ser propensas a atascos, hemos aplicado un principio similar a las redes enterradas. El cambio fundamental ha sido eliminar arquetas, esos puntos críticos donde residuos como las infames toallitas tienden a acumularse , y en su lugar, instalar registros accesibles para mantenimiento, siempre con la orientación correcta del flujo de agua. Este enfoque, aunque sencillo en teoría, ha mostrado ser revolucionario en práctica. Más de una década después, los resultados hablan por sí solos: cero atascos, cero malos olores, cero problemas. Además de simplificar la limpieza, esta solución ha reformulado la forma en que pensamos el saneamiento en espacios modernos. Pero no todo es perfecto. Aunque nuestro sistema previene los atascos dentro del espacio privado de los edificios, no impide que las toallitas y otros residuos que lleguen a las redes de alcantarillado público. Y aquí es donde el dilema se complica, ya que nuestra influencia termina donde comienza la responsabilidad colectiva y la acción de los gobernantes. No obstante, al compartir nuestro enfoque y resultados, esperamos inspirar a más agentes en el sector inmobiliario y de la construcción a adoptar y adaptar sus instalaciones de saneamiento. Sí, el reto de las toallitas no desaparecerá de la noche a la mañana, pero si al final logramos minimizar los perjuicios en nuestras infraestructuras y en el medio ambiente, ¿no vale la pena el esfuerzo? Así que, mientras esperamos soluciones a gran escala, desde prohibiciones, hasta educación pública sobre lo que no se debe arrojar al inodoro, hay pasos que podemos tomar ahora. Cambiando cómo construimos y mantenemos nuestras redes de saneamiento, no solo podemos salvar nuestros sistemas de alcantarillado, sino también dar un ejemplo de cómo la innovación y la adaptación son clave en la gestión de nuestros recursos. Este estudio se incluirá en la próxima revisión del Código Técnico de la Edificación , y si estás interesado en ampliar el aspecto técnico del mismo, escríbenos a proyectos@mohama.es JP Arquitecto técnico Ingeniero de edificación Grado en ADE